Por Porfirio J. Santos Lunes 28 De Julio 2024. –
El pasado domingo 28 del corriente mes de julio, el hermano país Suramericano, Venezuela, celebró sus elecciones presidenciales.
A pesar de los vientos huracanados y mareas inmisericordes del oficialismo que en todo momento trató de amedrentar a los candidatos opositores encabezados por Ednundo González, y la líder opositora María Corina Machado, los cuales nunca dieron sus brazos a torcer a pesar de la presión oficialista y lucharon con gallardia y determinación hasta llegar al final del proceso de ayer que, como se veía venir, iba a ser acogido con alegría por los Venezolanos
los cuales fueron a las urnas a emitir sus votos en cada rincón del país y de las Em bajadas y Consulados Venezolanos en el extranjero.
Pero como la alegría del pobre dura poco «reza un dicho popular» ese entusiasmo que se exhibió en las urnas se vio más tarde opacado por el desafortunado veredicto dado por la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) órgano rector del proceso electoral en Venezuela, quien a todas luces estaba identificado con el Madurismo.
Este órgano, después de una larga incertidumbre y tiempo de espera agobiante despues de haberse cerrado las votaciones, se despachó
en horas tardías de la noche con un veredicto desafortunado, otorgaron un 51.20% equivalente a 5,150,092 votos, a Nicolás Maduro, en contra de un 44, 4.% equivalentes a cuatro millones cuatrocientos mil votos, para el candidato opositor Edmundo González.
Por supuesto, que esa declaración de LA Comisión Nacional de Elecciones (CNE), no iba a ser aceptada por la oposición, quien llamó de inmediato a rueda de prensa, e informó sobre el fraude colosal que Maduro y sus esbirros del poder querían hacer validar por medio de la CEN.
Según los informes e imágenes transmitidas al mundo por las redes sociales y medios de Prensa acreditados en los centros de votaciones, calles, y sectores Venezolanos, el acoso, represalia e intimidación con armas de fuego, en contra de los votantes, por parte del oficialismo, se hizo presente por todo lugar.
El echo de que el oficialismo encabezado por Maduro, tuviera mano dura contra la oposición Venezolana antes y durante el proceso electoral, y, el no permitir que a el avión donde irían a Venezuela un grupo de expresidentes latinoamericanos a observar el proceso eleccionario no se le diera permiso para entrar al país, era un presagio de la Crónica de un fraude colosal montado, para declarar a Nicolás Maduro, ganador, como se ha hecho.
Latinoamerica y todos los países democráticos deben levantar su voz de advertencia en contra de lo que el Madurismo y la CNE, Venezolana, ha hecho. No se debe permitir que la voluntad de un pueblo se vulnere tan descaradamente por capricho de un grupo que se aferra al poder a toda costa sin importarle el sufrimiento del pueblo y la determinación de ese pueblo, para sacarlos del poder por la vía Democrática.
Como dice el dicho: Hoy por ti, mañana por mi.
